Antes de meterme con la presente entrada quiero agradecer a Antonio Ojea sus clases on-line de pintura,gracias a las cuales podré afrontar con más garantías el siguiente paso de la ranita de San Antonio.
Y ahora sí,vamos con la entrada:

-Un apunte



Retomando la vieja costumbre del cuaderno de casa,me puse un vídeo y comencé a esbozar estas urracas.A pesar del desagrado general que suelen provocar los córvidos,en mi caso despiertan un gran interés ,particularmente las urracas con las que suelo quedarme embobado observándolas allá donde las encuentre.

-Un proyecto



Este boceto rápido que he realizado a partir de una preciosa fotografía de Carlos Sánchez pretende ser la base de un posterior dibujo que en breve,supongo, afrontaré.Quiero meditarlo bien antes porque probablemente juegue con los efectos que produce la sal y con las salpicaduras de nieve.

-......y una "chapucilla"




Ya he dicho que me quedo embobado con las urracas de manera que no debe sorprenderos encontrar otra para finalizar.Por si no resulta evidente la "chapucilla",me explicaré:
En la mañana del día de autos,hoy para ser más precisos,me disponía a reencontrarme con el cuaderno de papel artesano que,si bien en otras ocasiones lo he tachado de divertido,esta vez no ha sido tanto.Empeñado en sacar irisaciones y reflejos,muy difícil para mí,me sentí por momentos cuan cirujano oftálmico a punto de perder el ojo de un paciente.Y literalmente así fué,perdí el ojo de la urraca que tuve que recuperar como pude traspasando cási el "divertidísimo" papel artesano.Finalizada la operación y para evitar una querella "córvida" decidí invitar a comer a la paciente pues en el quirófano,se me fué el pincel y le destrocé el pico,que naturalmente corregí con una suculenta pitanza (nótese que originalmente no había comida en el dibujo,mucho menos en el pico).